19 nov 2014

Reencontrándome.

Después de un fin de semana de locura con la caída de las primeras nieves en la Sierra de Guadarrama, ahora tocaba tirada de trail en casa. Así que me cogí la vieja mochila roja cargada con las mismas cosas de siempre y mis zapas, y me marché camino de Valdehierro.
Me necesitaba a mi mismo. 
Y necesitaba alzar la mirada al horizonte sereno, firme, seguro, frente a mis temores, inquietudes e incertidumbres.

La naturaleza siempre me transmitió paz y tranquilidad. Siempre ha sido cómplice de mis secretos y yo siempre he sabido, como fiel amigo, guardar los suyos. Es una comunión perfecta.  Yo me siento seguro en ella y ella me da todo lo que yo necesito.

La Sierra de Valdehierro siempre tiene algún rinconcito oculto por descubrir para quedarse absorto durante horas. Y así contarle tus secretos, y tus miedos y recoger de ella..... un silencio consolador.

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