"Explícame cuál es el motivo por el que, con sencillamente correr los poco más de 42 km de un maratón, hoy me sienta como si hubiera finiquitado con mis propias manos la construcción de la Sagrada Familia (...).
Explícame por qué me siento elevado por encima del resto por algo que han completado de igual manera más de 200 millones en la historia y un tercio de la población europea (...).
Explícame el motivo por el que me me invade esta enorme felicidad al ver que un compañero ha rebajado unos pocos segundos su marca y, aún así, está más cerca del coche escoba que del atleta que hace horas descansa en el hotel. Que aún viéndole cada día, sienta como un reencuentro abrazar a un amigo que vuelve a competir y completar 42 km tras esa maldita lesión que le dejó durante meses sin su patio de recreo. Que me parezca un gesto de humanidad y honradez máxima el ayudar, sin tener la necesidad, a otro a cruzar la meta para que cumpla con su sueño. Que me desviva por echarle un cable desinteresado a alguien que solo conozco de haber compartido estos últimos metros de carrera (...).
Se trata solo de correr y correr es un ejercicio apasionadamente imaginativo. No trasciende por fuera, pero te revuelve de arriba a abajo por dentro. No le importa a nadie, menos a quien le tiene que importar, que es a ti mismo (...).
Porque detrás de cada corredor hay una pequeña historia, una que no va a cambiar el mundo de los otros, pero sí un poco el de uno mismo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario